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Garaje

Sentimientos a flor de lienzo

Entrevistamos al artista Juan Méndez

Todos los aficionados del automóvil, en nuestra tierna infancia, hemos empuñado un lápiz y sobre un papel hemos dibujado, con más o menos arte, el coche de nuestros sueños. Obra que después mostrábamos orgullosos a familiares y amigos como si de un Monet se tratase, y que deseábamos ver convertida en realidad. Pasados los años, al volver a ver aquellos garabatos, entendíamos las caras de compasión condescendiente —aunque no todo el mundo las asimila a la primera, ¿verdad Elon?—.

Pero existen unos pocos afortunados que poseen magia en sus manos. Personas que recorren el lienzo con la suavidad que Slowhand Clapton acaricia su Gibson. Trazos que, sin contener una palabra, erizan el vello del asombrado espectador, el cual solo puede intentar asimilar la belleza que sus pupilas degustan.

Juan Méndez pertenece a ese selecto club de artistas capaz de obrar magia con un lápiz. Y yo, humilde aficionado a su obra, tengo el inmenso honor de entrevistarle para vuestro deleite.

Mister T: Juan, bienvenido a Gentleman Driv3r. Es un placer para nosotros disfrutar de tu talento, y poder conocer de primera mano acerca de ti y tu obra. La primera pregunta es obligada. ¿Cuándo empezaste a pintar coches?

Juan Méndez: Muchas gracias a vosotros, el placer es mío. Respecto a cuando empecé a dibujar coches como temática principal de mi obra, pues como casi todo en esta vida, de casualidad y de rebote. Durante muchos años he sido, y sigo siendo, un gran seguidor de los pintores e ilustradores extranjeros del mundo del motor. Como dibujante aficionado durante toda mi vida, me di cuenta que, muchas cosas que yo me imaginaba y nadie hacía, no al menos en España, yo mismo podía intentar dibujarlas. Y así cogí mis lápices y cambié los retratos de perros y personas por retratos de coches ¡Y me gustó! Tanto que así llevo los últimos diez años.

Mr. T: Definirte como dibujante aficionado no le hace justicia a la calidad de tus obras. ¿Cuál es tu técnica favorita, o con la que te sientes más cómodo dibujando?

J.M: Ante todo me siento un dibujante, y el elemento que mejor domino y que casi a diario llevo utilizando más de cuarenta años es el simple lápiz. Un lápiz, una goma de borrar, y un papel es el principio para crear una obra. El lápiz es tan natural que es como una prolongación ya de mis dedos, pero no solo en lo que pueda hacer en cuanto a dibujo, sino en cada sombra o textura que pueda aplicar. Obviamente me gusta trabajar con otros materiales como acrílicos, óleo, pastel, carboncillo, y mezclar varias en lo que se denomina técnicas mixtas. Pero también es cierto que empiezas a experimentar con pinturas cuando ya buscas otros puntos de luz y color porque el lápiz se queda corto.

Mr.T: Asombroso el nivel de detalle que se puede conseguir con un simple lápiz. Salta a la vista que la mayoría de tu obra gira en torno a Ferrari, ¿es por algún motivo en concreto?

J.M: “Date a un bambino un foglio di carta, dei colori e chiedetegli di disegnare un automobile, sicuramente la farà rossa.”

El primer motivo tal vez lo explique perfectamente el propio Enzo Ferrari en esa famosísima cita. Y es verdad, Ferrari para mí, no es solo una marca, ni únicamente un fabricante de coches. Es una forma de entender el automovilismo, una parte fundamental de la historia del S. XX. Sin conocer la figura de Enzo Ferrari y su obra, difícilmente podemos entender la del automóvil desde los años veinte del siglo pasado hasta la actualidad. Nada hay más gratificante que algo que más que admiras, casi veneras, lo puedas incorporar en forma de pinturas, y darle tu toque personal.

Para mi, Ferrari es una forma de entender el automovilismo

Hay muchos coches que me gustan y de hecho me parecen grandes maquinas. El 911 es un claro ejemplo, tanto a nivel estético como mecánico. Pero lo que llego a sentir por Ferrari, creo que solo un tifosi lo puede entender. También he de confesar que pocas cosas me producen tanta satisfacción como el dar Rosso Corsa a una macchina Ferrari. Es un color que transmite fuerza, pasión, fuego,… Ver como esa tonalidad va acrecentando sus características a medida que se perfilan sus capas es una parte de la creación de una pintura muy emocionante.

A veces pienso que, salvo encargos o compromisos, estaría siempre dibujando y pintando Ferrari y nunca me aburriría de hacerlo. La infinidad de modelos, tanto de calle como de competición, y no hay uno solo que no sea una obra de arte. Es que Ferrari me lo pone muy fácil para hacer obras bonitas.

Mr.T: Mejor explicado, imposible. Para cualquier amante de la automoción, Ferrari es un sentimiento. Pero yo sé que has pintado un cuadro de Ferrari muy especial, y no es un coche, sino un retrato, ¿es correcto?

J.M: ¡Correctísimo!—risas—. Me considero una persona tremendamente afortunada y a la que la suerte ha acompañado. El hecho de que tú me estés haciendo esta entrevista donde me das la oportunidad de mostrar una parte de mí y mi obra que de otra forma me costaría infinidad de sacrificios y vueltas ya es un claro ejemplo de ello.

En este camino que es la vida, he tenido la tremenda fortuna de toparme con personas maravillosas que han marcado y marcan grandes momentos de mi existencia.
La obra que mencionas, es un claro ejemplo de como se conjugan los astros para que un servidor aparezca en Módena entregando mi retrato de Mauro Forghieri al propio Mauro Forghieri, ¡el día de su 83 cumpleaños!

Es un lienzo muy especial, el más especial que he realizado en mi vida. Y no me refiero a aspectos técnicos, sino a lo que me aportó idearlo, pintarlo y, por supuesto, entregarlo.

Esta obra se gestó gracias al encargo de un grupo de tifosi modeneses, amigos de Mauro y antiguamente del propio Drake, que decidieron realizar un incontro con Mauro, una especie de fiesta y reunión con el Ingegnere, acompañado de sus grandes amigos y de personajes modeneses con amplia trayectoria ferrarista, incluso retransmitiéndolo por la tele. Y el regalo era mi lienzo. Fue una experiencia alucinante, pues además era la primera vez que pisaba Módena.

Además fui acompañado por dos grandes amigos desde España. Uno, maestro, una de las personas que más sabe de la historia de Ferrrari . Un lujo llevarlo como guía descifrando cada rincón de Módena. El otro, un apasionado del automóvil y su historia que, como yo, pisaba por primera vez Tierra Santa.

Esos momentos en Módena, el apretón de manos de Mauro, sus palabras de reconocimiento y escuchar de primera mano del Ingengere y de los propios modeneses las experiencias que han vivido, es algo que marca profundamente. Una alegría indescriptible.

Hice 5 litografías de la obra, que están firmadas y dedicadas a cada uno de sus propietarios por el propio Mauro. Un es mía, dos quedaron en Módena y las otras dos pertenecen mis compañeros de aventura. El original está en el despacho del Forghieri. Un orgullo inmenso para mi.


Mr.T: Me emocionó la historia en el momento que la conocí, y me sigue poniendo la piel de gallina al escucharla otra vez. Debe ser una sensación indescriptible regalarle un cuadro pintado por uno mismo a alguien tan cercano a la Scuderia. Esto me hace preguntarme, ¿A quién te hubiese gustado o te gustaría retratar?

J.M: ¡Totalmente indescriptible e intransferible! Y sobre todo por tratarse de alguien que figura entre tus personajes de cabecera.

Soy un retratista, lo confieso. Ahora menos, pero siempre he hecho retratos y soy un firme defensor que el buen dibujante se retrata con un retrato. No hay término medio: o lo captas o no. Yo creo que a lo largo de mi vida  he retratado a casi todo el mundo que, por alguna u otra razón, me inspiraba la suficiente motivación para hacerlo. También es cierto que esos bocetos se han ido perdiendo o han quedado en algún armario. Y solo algunos han ido llegando a sus destinatarios, por diversas vías y casi siempre como regalo.

Dicho esto, la respuesta más acertada que te puedo dar no es a quien me gustaría retratar, sino a quien me hubiese gustado entregar mi mejor retrato: Ayrton Senna. Soy un estudioso de la vida y figura del brasileño y, junto a Ferrari, inspira otra gran parte de mi obra, una muy visible de la publicada. Los lazos que me han unido desde siempre a este piloto tampoco los sé explicar. Van más allá de lo racional.

Pude disfrutar toda su carrera en directo desde la primera, allá por el ochenta y cuatro, hasta la última, que como otros muchos millones estaba viendo en directo aquella fatídica tarde del 1 de Mayo de 1994.

La verdad es que me hubiese hecho una ilusión infinita el poder darle en persona un retrato suyo, porque, más allá de la técnica, creo que a Ayrton siempre le he sabido captar muy bien su melancolía, su fuerza y su intensidad. Siempre me queda esa pequeña tristeza de ojalá él lo pudiese ver.

Mr. T: Tu último retrato de Senna plasma a la perfección la mirada de alguien que, por desgracia, se fue demasiado pronto. Dejando la pintura a un lado, y para concluir, ¿qué coche ocupa tu garaje y cuál tu corazón?

J.M: Ahora mismo en mi garaje hay solo coches de empresa. Muy dignos pero nada apasionante —risas—.

En mi corazón dejó huella un Nissan 200SX S13 que compré con mis primeros ahorros allá por el noventa y nueve. Como sueño eterno tengo el Ferrari 456 GT. Algún día espero tener uno en mi garaje.

Mr.T: Uno de los mejores GT de la firma italiana, injustamente infravalorado. Desde G3D deseamos que puedas cumplir tu sueño automovilístico y esperamos que nos sigas deleitando con tus magníficas obras. Muchas gracias por compartirlas con nosotros.

J.M: Muchas gracias a vosotros. Ha sido un enorme placer y gran orgullo el poder compartir con vosotros y vuestros lectores mi trabajo y mis pequeños aportes.

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