Si estás aquí leyendo es sin duda porque te gustan los coches y lo primero que te habrá llamado la atención es lo pretencioso del título. Evidentemente cada uno puede tener su punto de vista – si no la vida sería muy aburrida- pero aquí defenderemos el por qué consideramos que el T.50 es el mejor superdeportivo de la historia.





Creo que todos alguna vez hemos cogido las llaves del coche y nos hemos ido a alejarnos de la civilización por carreteras rodeadas de naturaleza solo por el mero placer de conducir y desconectar de la rutina y el estrés del día a día. Y quién no se ha parado en medio de la noche a mirar el coche, sacarle alguna foto y contemplar el cielo estrellado sin más ruido que el de un escape a ralentí. Sin duda la imagen de un cielo estrellado en medio de la noche sin contaminación lumínica alrededor es espectacular, pero de esas millones de estrellas, siempre hay algunas que brillan más y que captan nuestra atención poderosamente.

Podríamos definir el panorama automovilístico actual como ese cielo estrellado, en donde millones de estrellas viran hacia la hibridación o electrificación, o introducen cada vez mas controles y electrónica en sus coches para hacerlos más rápidos y fáciles de llevar, pasando desapercibidas entre iconos como el F-40 o autenticas bestias como el Porsche GT2 RS. Pero siempre hay una que brilla mas y hasta ahora para nosotros era el McLaren F1.





Y decimos hasta ahora porque el nuevo superdeportivo concebido por Gordon Murray es el «sucesor lógico» de su seminario McLaren F1 de 1992. Él mismo lo define como «el superdeportivo más puro, más ligero y mas equilibrado jamás construido». Se trata de un ultraligero de 980 kilogramos que incorpora un motor V12 desarrollado por Cosworth que sube hasta las 12.100 rpm, situado entre ambos ejes anclado a un chasis de carbono, con tres plazas con el conductor sentado en el centro y numerosas innovaciones que ha incorporado al T.50 de su etapa de más de 20 años en la Fórmula 1. Se presentó ayer en la fábrica de Surrey donde dará comienzo la producción a finales de año y se estima que las primeras entregas serán para principios de 2022, por el módico precio de 2,3 millones de libras mas impuestos. Parece mucho si, pero tiene pinta y mas con la deriva que está tomando el mundo del motor debido a las cada vez mas restricciones, de que se convertirá en un clásico desde el día de su lanzamiento y por ende, en una inversión muy rentable. Mas si cabe a sabiendas de que se producirán solo 100 unidades, mas otras 25 posteriores con especificaciones de carreras no aptos para calle.
Apodado T.50 por ser el diseño número 50 en la carrera de Murray este utiliza una versión refinada de la tecnología de efecto suelo que el diseñador presentó por primera vez en el Brabham BT46B que compitió en la temporada de 1978 en F1 y que fue prohibido tras su victoria por la enorme ventaja que generaba esta novedosa tecnología . Ahora, impulsado por un bloque Cosworth V12 de 4 litros y 650 cv que como decíamos alcanza la friolera de 12.100 rpm.


Al igual que su venerado predecesor, coloca a su conductor en el centro del habitáculo, como en un avión de combate. Sus dimensiones son similares a las del Porsche Cayman (es más pequeño que el Porsche 911 y más ligero que el Alpine 110) y renuncia a los retrovisores exteriores sustituyéndolos por cámaras para no engrosar esos 1.85 metros de ancho y hacerlo mas utilizable en carretera. Diseñado completamente por Gordon Murray Automotive -empresa que fundó en 2017 para este fin-, con el propio Murray como líder del pequeño equipo de diseño, encontramos referencias obvias en su forma al McLaren F1, como el tamaño, el panel frontal de punta de flecha, la toma de aire montada en el techo o las puertas diédricas, pero se hicieron grandes esfuerzos para que se vea aún más pequeño que su antepasado.


Hay un gran contraste entre la elegante parte delantera del T50 y la funcionalidad extrema de su parte trasera, que cuenta con grandes escapes, aberturas para la refrigeración del compartimento del motor, un difusor gigante debajo de la carrocería y un ventilador de 400 mm. impulsado por un sistema eléctrico de 48V cuya función es desarrollar carga aerodinámica succionando el flujo de aire de debajo del coche expulsándolo por la parte trasera, “reescribiendo el libro de reglas para la aerodinámica de los coches de carreras». El ventilador, el difusor y un par de apéndices aerodinámicos móviles se combinan para desarrollar mucha más carga aerodinámica que cualquier sistema natural y, por lo tanto, desarrollar niveles de agarre en las curvas hasta ahora desconocidos en los superdeportivos. De hecho, cuenta con seis modos aerodinámicos. Dos de ellos, Automático y Frenado, funcionan automáticamente, dependiendo de la velocidad del automóvil y de la aportación del conductor. Los otros, High Downforce, Vmax, Streamline y Test, se pueden seleccionar desde la cabina. High Downforce se explica por sí mismo, mientras que Streamline y Vmax son similares en que el primero configura la aerodinámica con una «cola larga virtual» haciendo funcionar el ventilador a toda velocidad y retrayendo las aletas activas en las superficies superior e inferior. Vmax ejecuta el generador de arranque integrado de 30 CV montado en el V12 de manera que aporta potencia adicional en ráfagas de tres minutos. A velocidades superiores a 150 millas por hora, la toma de aire de inducción montada en el techo aumenta la potencia máxima del motor a alrededor de 700 CV.



Otro punto a destacar es su impresionante espacio interior, aún más espacioso que su predecesor (sin mencionar a todos los rivales modernos) y un acceso Más sencillo al asiento central. El cuadro de revoluciones analógico y la instrumentación en general, inspiradas al estilo de los aviones de combate, son relativamente simples pero elaboradas con la calidad de un reloj suizo -paradójico teniendo en cuenta que se trate de un constructor británico-. Los dos compartimentos de equipaje montados en los laterales son tan espaciosos como los de el F1, pero ahora también se pueden cargar por la parte superior.







Y es que el T.50 está totalmente enfocado en la carretera por lo que mejora al F1 en todos los sentidos: entrada y salida, capacidad de equipaje, usabilidad, mantenimiento y configuración de la suspensión. Además, los mapas del motor seleccionables por el conductor aseguran un modo de conducción que se adapta a cada situación «. Murray dijo que el superdeportivo con el que su equipo comparó con mayor frecuencia durante el desarrollo del T.50 fue su F1 de hace 28 años. Eso se debió a que desde entonces nadie ha intentado construir un automóvil con las mismas credenciales: un superdeportivo ultraligero con asiento central con un V12 atmosférico y una caja de cambios manual.
El chasis de la bañera de fibra de carbono del T.50 pesa menos de 150 kg con todos los paneles. Cada tuerca, perno, o soporte se evaluó de manera individual para ahorrar peso. La caja de cambios manual de seis velocidades montada transversalmente, suministrada por Xtrac y diseñada con una nueva técnica de fundición de pared delgada, es 10 kg más ligera que la caja ya de peso pluma utilizada en el F1. El Cosworth V12 ahorra otros 60 kg sobre el motor derivado de BMW de la F1. Incluso el asiento del conductor de fibra de carbono pesa solo 7 kg y pesa 3 kg por cada asiento de pasajero.
¿Y porque esa obsesión por el peso? Porque un automóvil pesado nunca puede ofrecer los beneficios de uno liviano, dijo Murray. La ligereza y el potencial de 650 cv del nuevo V12 le dan al T.50 una relación potencia / peso que la mayoría de los superdeportivos convencionales solo pueden igualar con una potencia de cerca de 950 cv





A pesar de las cifras, no veremos al T.50 romper los récords de vuelta de Nürburgring ni establecer tiempos de aceleración vertiginosos. «No tengo absolutamente ningún interés en eso», dijo Murray. “Nuestro enfoque es brindar la experiencia de conducción más gratificante de cualquier superdeportivo jamás construido. Pero tenga la seguridad de que seremos rápidos”.
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