La compañía
aérea British Airways está de celebración. Y es que su avión más famoso, el
Concorde, realizó su primer vuelo, de prueba, el 2 de Marzo de 1969 —no fue hasta
1973 que entró en servicio comercial—, y meses más tarde, el 1 de Octubre,
superó por primera vez la velocidad del sonido. Y es que gracias a sus 2200KM/h
conseguía completar el vuelo entre New York y Londres en tan solo tres horas. Y
si, hace ya 50 años.
Es
por ello que la compatriota Aston Martin ha querido rendir homenaje a tal
hazaña, y, bajo un pedido del concesionario Aston Martin de Bristol de 10
unidades, han realizado una edición conmemorativa sobre la base del DBS Superleggera,
a la que no le falta detalle.
Diseño de altos vuelos
El departamento de personalización Q by Aston Martin ha dotado a la carrocería de un sinfín de detalles que recuerdan al mítico avión. Al igual que este, sobre una carrocería blanca pintada a mano, destacan los colores rojo y azul de la Union Flag y de British Airways. El spoiler delantero, el difusor trasero y el techo están realizados en fibra de carbono, y este último cuenta además con la silueta del Concorde. Mención especial para las branquias laterales que de manera sublime se modifican para mostrar también la forma del avión. Obra de arte.
Por favor, abróchense los cinturones
Al abrir la puerta nos recibe una tapicería azul que emula el diseño de la cabina de British Airways. Los asientos, de piel, cuentan en su cabezal con el logotipo del Concorde bordado, visible también en varios elementos del interior. Además, recibe elementos exclusivos como un techo tapizado en alcántara, una palanca de cambio fabricada en titanio o las hebillas de los cinturones personalizadas.
La silueta en las branquias es una obra de arte
Como detalle curioso encontramos el guiño al hito que consiguió el Concorde impreso en el parasol del piloto. Cada unidad lucirá un número de identificación que, como las aeronaves, estará proporcionado por la Autoridad de Aviación Civil —AAC—, y contarán con una placa firmada por Andy Palmer y Alex Cruz, presidentes de Aston Martin y British Airways respectivamente.
El propulsor, un V12 biturbo de 5,2 litros de cubicaje, mantiene las cifras del Superleggera normal, y rinde 725cv que le sirven para detener el crono en el 0 a 100 en 3,4 segundos, y alcanzar una velocidad máxima de 340km/h. No son las prestaciones del mítico avión al que rinde homenaje, pero seguro que hará las delicias de sus afortunados propietarios.